La base de una piel bonita es una rutina.

Diría que más importante incluso que el presupuesto del que dispongamos o la marca que elijamos.

La clave es que todas las mañanas y todas las noches, sigamos una rutina adecuada a las necesidades de nuestra piel.

No hay nada en el mercado que haga milagros.

Y mucho menos si la mayor parte del tiempo lo dejamos decorando la estantería sueca del cuarto de baño.

Aplicándolo sólo de vez en cuando difícilmente va a ser efectivo ni va a hacer lo que nos prometieron que haría.

"¡Ufff que pereza! Una rutina…¡Yo eso no lo necesito!"... Te comprendo perfectamente, yo también estuve ahí. Hasta que me topé con la Cruda Realidad... mi cara se descamaba por la mañana, era grasa por la tarde, siempre tenía algún granito y por supuesto me aparecieron manchas y arrugas prematuras...

Una rutina incluye, en varios pasos, lo que tu piel va a necesitar durante el día y durante la noche. No tiene magia ni grandes secretos más allá de garantizar que tu piel se limpia, desmaquilla, hidrata, nutre y protege (del sol) cada día.

Con algo tan sencillo ya estás actuando contra el envejecimiento prematuro de tu piel y evitándole muchos problemas.