Envejecimiento Cronológico
El paso de los años reduce el reemplazo celular y deteriora la matriz de colágeno y elastina de la dermis. La producción natural de sebo disminuye, los lípidos de la epidermis decrecen y se vacían las reservas naturales de antioxidantes que sirven de defensa contra el daño oxidativo.
Desequilibrio hormonal, deterioro de la capacidad de reparación cutánea y generación de radicales libres (oxidación) son los cambios fisiológicos que dan lugar al envejecimiento.
También llamado envejecimiento intrínseco, conduce a un afinamiento de la epidermis, aparición de arrugas finas, pérdida de elasticidad, anomalías en la pigmentación y deterioro de la función barrera.
Envejecimiento Ambiental
La exposición a factores externos como la radiación solar UV, la polución y el tabaquismo producen un envejecimiento prematuro de la piel. Los efectos de la radiación ultravioleta son los más importantes y los mejor caracterizados.
Si después de la exposición prolongada a la radiación UV las defensas antioxidantes se ven sobrepasadas, los radicales libres superarán la capacidad de dichas defensas. Esta es la causa del Estrés Oxidativo, que daña las células dando lugar al fotoenvejecimiento.
Manchas, pérdida de resistencia y elasticidad, arrugas gruesas, piel áspera, seca y flácida, las consecuencias del fotoenvejecimiento son algo distintas a las del cronológico y se muestran mucho antes.
Estrés Oxidativo
La radiación UV induce la generación de radicales libres. Cuando éstos superan a las defensas antioxidantes de la piel, tiene lugar el Estrés Oxidativo.
Tanto los factores cronológicos como los ambientales incrementan el Estrés Oxidativo, convirténdolo en la mayor causa de envejecimiento de la piel.
El resultado es el deterioro de las fibras de colágeno, de elastina y de otros componentes de la dermis que son el soporte de la epidermis. La repetida exposición a la radiación solar esquiva los intentos de la dermis de reparar su dañada matriz extracelular.
Pero la radiación UV no solo provoca daños estéticos, también puede dañar el material genético dando lugar a complicaciones graves.
Reservas de Antioxidantes
De forma natural, la piel viene equipada con vitamina E (alpha-tocopherol, principalmente), un antioxidante liposoluble que, junto con otros mecanismos de defensa, nos ayuda a luchar contra el daño oxidativo.
La disminución de alpha-tocopherol en la piel es un indicador temprano de la oxidación por causas ambientales. Y aunque existe un mecanismo por el cual nuevas cantidades de vitamina E son llevadas hasta la piel a través del sebo, el paso de los años reduce nuestras reservas antioxidantes.
La exposición diaria, no extrema y en bajas dosis es la que en mayor medida provoca fotoenvejecimiento cutáneo.
La aplicación tópica de vitamina E penetra la epidermis y la dermis y aumenta sus niveles de antioxidantes.
Antioxidantes y Lípidos
Los aceites de frutos y semillas son ricos en varios tipos de antioxidantes. La mayoría contienen alpha-tocopherol, la misma forma de Vitamina E que utiliza nuestra piel.
Pero además, contienen otros compuestos con actividad antioxidante como esteroles, polifenoles o carotenoides.
La aplicación de antioxidantes liposolubles permite recargar las reservas de la piel que día a día se vacían.